Pintura para Graffiti | ¿Cómo ha evolucionado el Aerosol?
¿Cómo compraban antes la pintura para graffiti los escritores?
Hace 20 años no podías ir a Writers Madrid, tu tienda de gaffiti online y física de confianza, a comprar los botes para pintar el muro, panel o superficie donde quisieras dejar tu huella. Tampoco a ninguna otra tienda que vendiese Molotow, Loop, Mtn o pintura específica para graffiti. ¡Las cosas eran más difíciles en este sentido! Acceder a un bote de pintura especializado para pintar graffiti era 100 veces más complicado que ahora. A pesar de ello, si que existían los aerosoles que hoy en día conocemos pero sin ser especializados.
¿Qué se hacía entonces si querías pintar graffiti siendo un chaval de la época y sin recursos? Lo que estáis pensando; “Robar pintura”
“Coger prestado pintura” está ligado, nos guste o no, a los orígenes del graffiti. Desde los primeros años de su desarrollo en Filadelfia y Nueva York, los escritores de graffiti han necesitado siempre gran cantidad de pintura y de colores con los que, una vez entrada la noche, ira las cocheras de metro a dejar su impronta. De hecho, antes de que se desarrollase la pintura para graffiti era común ir a las ferreterías de barrio a por la pintura.
Y en Madrid, ¿Cómo fueros los inicios de los aerosoles de pintura para graffiti?
En España tenemos que remontarnos al año 1988. Fecha en la que podemos decir que el graffiti que hoy en día conocemos desembarca en nuestro país a través de los medios de comunicación.
Los nuevos escritores adoptan la tipología del graffiti americano; Bombardeo, muros trenes, letras, muñecos, etc. Y en poco tiempo vemos como se desarrollan, en los barrios más humildes, el primer movimiento de escritores madrileños en barrios como Alcorcón, Aluche o Torrejón. En ellos, comienzan a ver proliferar tags, pompas o grandes muros a color. ¡Pura competición y getting up en sus calles!
Pero, sí no existía la pintura para graffiti, ¿de dónde conseguían los escritores de finales de los 80s principios de los 90s su pintura?
Pues bien, los grandes abastecedores de pintura de la época han sido tradicionalmente los grandes supermercados como Pryca, Alcampo, Continente, etc. En estos centros podía encontrarse pintura para chapa de automóvil. Una pintura excesivamente cara para el bolsillo de los jóvenes (en aquella época costaban 1.000 pesetas -6 euros-) pero con una gama lo suficientemente amplia para crear buenas piezas.
La reina de las marcas de pintura para coches era Duplicolor. Sus lilas y púrpuras marcaron toda una época del graffiti madrileño sobre tren. También su efecto cromo fue el protagonista de los primeras platas que pudieron hacerse en la ciudad.
El suministro de botes en estas tiendas era tan habitual que en las cercanías del centro comercial siempre había lugares en los que los escritores probaban sus colores. De hecho, era común ver a dos Crews o grupos de escritores que se encontraban en la sección de Sprays seleccionando y probando los colores.
Por aquellos primeros años noventa el Hip Hop había influenciado a los jóvenes que daban sus primeros pasos en el mundo del graffiti. Y muchos escritores vestían con ropa ancha y grandes abrigos. ¡La ropa perfecta para esconderes, algún que otro bote, en la chaqueta!
Por aquellas épocas en Nueva York o Paris se usaban los “todopoderosos” Krylon, Rust Oleum, Red Devil o SparVar. Aunque, no hay que subestimar el poder de los Duplicolor, cuyo aglutinante era un potente químico capaz de aguantar el Sol de dos décadas sin ser borrado. Aún hoy en día es posible ver tags de aquella época gracias a la potencia de aquellos botes. ¡Nada que ver con la pintura de hoy en día!
Novelty siempre fue uno de los clásicos y dio lugar al nacimiento de la pintura de graffiti
Aunque la estrella por excelencia de la pintura de principios de los 90 fue siempre Novelty. Una marca madrileña, de las más codiciadas por la calidad de su pintura. El peso de los Novelty marcaba la diferencia. Dentro llevaban mucha pintura y la presión suficiente como para sacarle todo el rendimiento a los primeros fat caps que hubo en la ciudad, que por descontado, no estaban hechos específicamente para graffiti, sino que había sido la propia perspicacia de los escritores la que los había llevado a descubrir algunos caps de aerosoles variados que daban un trazo de una cuarta de ancho cuando se insertaban en la pintura.
La pintura Novelty nunca destacó por su gran variedad de colores pero muchos de ellos han pasado a formar parte del imaginario del graffiti madrileño; colores como el violeta azulado, verde maga, rojo vivo o amarillo fueron también protagonistas de las piezas de los primeros años 90.
Los escritores necesitaban más colores, mas pinturas, más cubrición, más presión, más medios, más tecnología, etc. Y pronto algunas marcas se percataron de una demanda de mercado que iba a revolucionar el graffiti mundial: ha nacido la pintura para graffiti.
Pingback: El paso de Craig Castleman por Madrid - Getting Up
Pingback: Pintura Acrilica en Spray ▷ Todos los trucos para tu decoración 🎨